LA RECONVERSION NO SERVIRÁ PARA SALVAR TODA LA INDUSTRIA.

Luis Vicente León. El Nacional. 28 de agosto de 1989. D / 9

El proceso de reconversión industrial no debe ser visto como una clínica donde se va a curar todo el sector manufacturero que está enfermo. Hay que distinguir y destinar los recursos a aquellos enfermos curables, porque esa es la única forma de ser eficientes. El planteamiento corresponde al economista Luís Vicente León, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello, quien es especialista en industrias. Es profesor de esa misma casa de estudios en las áreas de economía industrial, problemas de empresas y metodología de la investigación y en la Universidad Metropolitana da clases de organización industrial.
Asimismo, es director ejecutivo de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido y ante los cambios que ha experimentado la política económica, ha estado especializándose en todo lo que se refiere a reconversión industrial. Con tal fin, ha estado viajando a países como México donde este proceso se ha emprendido con cierto éxito y ha establecido contactos con organismos internacionales especializados en el asunto.
            Dado el auge que está tomando la llamada "reconversión industrial", que aún no ha arrancado realmente en Venezuela, El Nacional decidió conversar con este experto en la materia para ahondar en torno al tema. Reconoció León que en Venezuela este concepto se conoce poco, en principio aprovecha para aclarar que reconversión industrial es la adaptación de la industria manufacturera a cambios en la tecnología; sistemas productivos y en precios relativos a los insumos, considera que este proceso de cambios ha debido iniciarse hace años en Venezuela, no obstante, piensa que todavía hay muchas perspectivas.
            Dice que muchas empresas de las que tienen que reconvertirse tienen capacidades de producción mucho mayores a las requeridas para atender el mercado interno. Quizás pensaron que este mercado iba a crecer infinitamente e hicieron grandes inversiones que hoy en día no son aprovechadas. Por mucho tiempo, la política de crecimiento hacia adentro instrumentada por los gobiernos anteriores hizo que el Estado financiara cualquier cosa, de manera que la industria produjera de todo.
En ese momento la consigna era: "lo importante es que se produzca aquí”. A juicio de Luis Vicente León, se trataba de un nacionalismo mal entendido. Se hizo una sustitución de importaciones a ultranza sin seleccionar qué renglones eran importantes y tenían ventajas para el país.
            Pero según este economista, ello no quiere decir que esta política no haya servido para nada. Existe un parque industrial inmenso en el país, que además es uno de los más modernos de Latinoamérica. El director ejecutivo de CAVEDIV clasifica a la industria en dos: las que tienen ventajas comparativas y pueden desarrollarlas y las que no pueden desarrollarlas. Cuando hablamos de las industrias con ventajas comparativas, hay sectores que hoy son competitivos. Y es sobre las industrias que pueden desarrollar las ventajas comparativas y que pueden ser competitivas que debe hacerse la reconversión industrial.
            Asimismo se refiere a los criterios que deben imperar a la hora de seleccionar los sectores. En ese punto explica que hay reconversión incentivada y la natural. Esta última es la que se da prácticamente sola, como ocurrió después de 1983 con la industria textil y de la confección, cuando a raíz de la devaluación monetaria las empresas del sector iniciaron una serie de cambios  internos.
            La incentivada es la que viene como consecuencia de políticas diseñadas especialmente para ello y se aplica sólo para quienes tienen ventajas comparativas. Refiere este asesor de empresas que la tecnología es una variable sumamente importante y no tiene que ver únicamente con el hecho de comprar maquinaria sofisticada. No, se trata de aprender a usar esta maquinaria, es el uso de sistemas adecuados de producción, el uso de gerentes de primera línea, el uso de personal capacitado.
            Venezuela, y los países subdesarrollados, tendrían una desventaja natural porque no pueden desarrollar esa tecnología: Pero si pensamos así estamos muertos. En los países desarrollados se ha dado un proceso de transferencia tecnológica, Taiwan y Corea, que son dos de las naciones que tienen mayor desarrollo a nivel mundial en estos momentos, no han desarrollado tecnología interna. Usan la del mundo y se adaptan a ella, es lo que tenemos que hacer nosotros también.
Fuera la subjetividad
            Considera importante también este dirigente industrial que se tome en cuenta a la hora de decidir qué sectores se van a reconvertir, el grado de encadenamiento que pueda haber entre uno y otro, un sector que tenga más impacto sobre otros es mayor candidato a ser reconvertido porque obviamente si se dan recursos a un grupo que tiene un efecto multiplicador en otro, la cadena de efectos positivos es mayor que si se le dan a un sector del final de esa cadena.
            Otra variable fundamental es que el empresario entienda que hay una necesidad de reconversión. "La industria de la confección ha podido reconvertirse, pero eso no es sencillo. Cuesta mucho dinero y ha costado empresas completas".
            Otro punto es la generación de empleos. Venezuela es un país con una cantidad de mano de obra mas o menos importante en peligro. La situación económica es difícil y ya no se puede seguir manteniendo un estado artificial de inamovilidad laboral por cuanto son muchas las empresas que están en situación crítica, cuyos niveles de producción se han reducido significativamente y no pueden mantener un personal que debe permanecer de brazos cruzados.
            Luis Vicente León está consciente que no se puede complacer a todos los sectores: al obrero, al industrial, al gobierno, en todo lo que van a pedir. Entonces, lo que se impone es una verdadera concertación para distribuir el sacrificio real que va a venir cuando la gente se dé cuenta que la reconversión industrial es fundamental". El objetivo es, indicó, que los recursos cambien de sectores que no van a poder subsistir hacia los sectores potencialmente reconvertibles. Estos últimos son los que tendrán que generar los empleos que quedaran inexistentes con la desaparición de las otras empresas. "Es un reto muy importante", sentencia.
Pero es indispensable que los lineamientos del gobierno estén muy claros. Lo primero es definir los aspectos generales; el estímulo macroeconómico al sector industrial (incentivos, créditos, información estadística, negociación internacional, política comercial adecuada). Eso, aunado a una necesaria reconversión del Estado, dice León sonriendo sin malicia, recordando lo que salta a la vista y de lo cual sin embargo, se habla poco.
            La segunda etapa tiene que ver con los aspectos específicos. Es ahí cuando se va a escoger y esto, a juicio de León, es un problema grave, aquí hay dos cosas fundamentales a la hora de tomar esta decisión: que no haya subjetividad. Que no se incurra en el error de escoger a aquellos sectores que tradicionalmente han sido importantes o porque simplemente allí existen personajes destacados, de peso económico o político, que no pueden resultar perjudicados.
            Lo segundo es que la política de reconversión industrial no debe ser compensatoria. No puede seleccionarse a nadie simplemente porque está mal y hay que inyectarle recursos porque "pobrecito, está mal". Debe estudiarse si un sector determinado será competitivo a mediano plazo, porque de lo contrario todo se perdería.
¿Recursos para toda La vida?
            Luis Vicente León toma el ejemplo de España, donde también se llevó a cabo este proceso de transformaciones, para explicar que allí esto tardo muchos años. En la primera oportunidad, se escogieron 11 sectores para la reconversión, pero se filtraron los recursos y no se logró nada. Luego, el Partido Socialista centró sus esfuerzos en dos grandes áreas: siderurgia y sector textil. Allí se dieron recursos y se establecieron tiempos. Considera este especialista en la materia que no se puede pretender dar recursos para toda la vida. Debe haber una estrategia por parte del gobierno a la hora de dar el financiamiento, porque puede ocurrir que durante muchos años se está inyectando recursos a un sector que a la larga no va a responder.
            Los criterios que imperan en Venezuela, a nivel oficial, son los de que no se pueden establecer lapsos porque no es lo mismo la reconversión de una acería que tiene maquinaria e instalaciones sofisticadas que la de un taller de confección que cuenta con 10 máquinas de coser.
            Continuando con la cátedra de reconversión, este docente de la UCAB y Unimet indicó que también debe tomarse en cuenta que las empresas a participar en estos cambios del momento tengan mercados, porque de no ser así los recursos caerán en el vacío, cosa que ha sucedido mucho en nuestro país.
¿Cómo cree usted que se está llevando esto a nivel del gobierno?
    -Creo que la reconversión ha sido tomada muy en serio por parte del Estado. El Estado nos está liberando, aunque hay concertaciones obligadas pero creo que si hay un cambio de actitud por parte del Estado. Creo que si estuvimos pidiendo desde hace años esta liberación tenemos que colaborar con el Estado para demostrar que eso va a llegar a su equilibrio. Si no lo hacemos habremos fracasado como industriales. Para León es importante que también los empresarios adopten una actitud acorde a las actuales circunstancias. En este proceso de reconversión, nosotros somos los actores y podemos tener un excelente guion o libreto pero si no somos buenos como actores, fracasa la obra.
            Luego agrega que en el manejo de esta transformación es fundamental que el Estado entienda que los 9.500 millones de bolívares otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) servirán solo para el arranque. Para que el proceso se cumpla como se requiere, hará falta mucho más que esa cantidad. Tendrán que venir recursos del Estado venezolano, de la empresa privada y de organismos multilaterales.
            -Si existe apatía del empresario a invertir sus propios recursos entonces estamos muy mal. El empresario tiene que confiar en su negocio.
Culpas compartidas
            En este proceso de cambios, no se puede dejar afuera lo referente al personal humano, el cual ahora deberá ser reentrenado, capacitado para asumir sus nuevas funciones y elevar los niveles de productividad de la empresa donde trabaja. En ese punto, nuestro entrevistado reconoce que hay una culpa compartida de la baja productividad venezolano, tanto por parte del Estado como del sector privado y "quizás esto me vaya a traer problemas pero hay que decirlo.
            Recalca que no se puede seguir con aquellos clichés de que el venezolano es flojo y que no rinde porque está pendiente de tomar cerveza, jugar domino y demás vicios. En México se pensaba lo mismo de estos trabajadores y resulta que ahora, el nivel de productividad del obrero de ese país en el área de la confección es uno de los más altos del mundo.
            Pero en eso será de suma importancia la contribución de los gerentes. En los últimos años, la gerencia venezolana se dedicó a hacer de gestor, a tramitar permisos ante el gobierno, a conseguir materia prima y dólares preferenciales. No tenía tiempo de pensar, de innovar, que es su verdadera función, ahora tendrá que hacerlo. Según el director de Cavodiv es primordial que se tome en cuenta el problema social que puede derivarse de una reconversión donde efectivamente habrá gente desempleada.
Y en ese punto considera que toda esta programación no se puede llevar adelante sin un seguro de paro forzoso y un sistema de jubilación adecuado, que además no debe imponerse, sino surgir como producto de la generación de riqueza por parte de las empresas.
Con respecto al sector de la confección, que es donde tiene su mayor experiencia, indicó que este tiene mucho que dar y piensa que debe ser el blanco de estímulo, como ha sucedido en muchos países, por cuanto cualquier aumento de la demanda allí estimula al resto de la cadena (productores de hilados, telas, lycras, comerciantes, distribuidores, entre otros). Dijo que es un sector que emplea actualmente cerca de 130 mil personas en forma directa y el resto de la cadena ocupa a unas 85 mil personas más.

Piensa que este sector tiene mucha vida, no solo en el mercado interno sino en el externo. La ropa es moda y en todos los países se quiere ropa importada. Solamente la Comunidad Económica  Europea y Estados Unidos importaron el año pasado 60 billones de dólares, de los cuales 60 % es ropa. Es un mercado muy grande y nosotros no tenemos ninguna participación porcentual allí. No tenemos cuotas de exportación y podemos negociarlas. Podemos competir en precios y calidad y ... más nos vale que podamos.

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