Sistemas de Archivos
Bote lo que no
sirve. No hay dudas, poner orden en el escritorio es un fastidio. Pero, según
Pat Dorff, autor de ``File ... Don't Pile'' (Archive, no acumule),
aproximadamente 70 por ciento de los papeles que reposan sobre el escritorio
deberían estar en otra parte: en la papelera o en algún archivo. Cuando decida
iniciar el proceso agónico de decidir el destino de sus documentos, utilice
esta lista:
1.
¿Lo necesito? Si su trabajo
depende del seguimiento de un documento en particular, obviamente debe conservarlo.
Guárdelo en un lugar de su sistema de archivos.
2.
¿Lo quiero
conservar?
Sea honesto En realidad ¿le será útil? ¿Facilitará algún propósito específico?
Si la respuesta es no, bótelo.
3.
¿Es redundante? Verifique si
tiene documentos duplicados. Si dos documentos cubren la misma información,
bote una copia.
4.
Es útil ahora ¿o
lo será más adelante?
No se enganche diciendo ``uno nunca sabe''. La meta es limpiar y ordenar. Si
determina que son muy pocas las posibilidades de que el documento le sea útil,
arrójelo al cesto.
5.
¿Está
actualizado?
Algunos documentos pierden vigencia de una semana a la otra; otros siguen
siendo relevantes durante años. Si la información es obsoleta, deséchela.
6.
¿Es de alta
calidad?
Si la información es precisa, confiable y válida, consérvela. De lo contrario,
líbrese del documento.
7.
¿Puede obtener
la misma información en cualquier otra parte? Si un colega lleva un registro
al que usted tiene acceso, no guarde copias de esa información, especialmente
si no la usa con frecuencia.
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