ENRICO FERMI

Publicado el 23 de enero de 2005 en Historias de la ciencia por omalaled

Uno de los misterios que incordiaron a Rutherford y a otros fue la radiactividad. ¿Cómo es posible que los núcleos y las partículas se desintegren cuando les apetezca en otras partículas? El físico que elucidó esta cuestión por primera vez con una teoría explícita fue Enrico Fermi en los años 30.

Hay miles de historias sobre la brillantez de Fermi. A punto de realizarse la primera prueba de la bomba nuclear en Alamogordo, Nuevo México, Fermi estaba estirado en el suelo a unos 15 kilómetros de la torre de la bomba. Cuando estalló, se puso de pie y fue tirando unos trocitos de papel al suelo. 

Los trozos caían a sus pies en el aire tranquilo, pero unos cuantos segundos después llegó la onda de choque y los golpeó arrastrándolos unos pocos centímetros. Fermi calculó la energía de la explosión a partir del desplazamiento de los pedazos de papel, y su resultado obtenido sobre la marcha coincidió mucho con la medición oficial, cuyo cálculo llevó varios días. (Un amigo suyo, el italiano Emilio Segré, señalaba, sin embargo, que Fermi era humano. Le costaba entender la cuenta de gastos de su Universidad de Chicago).

Como a muchos físicos, a Fermi le encantaba realizar juegos matemáticos. Alan Wattenberg cuenta que una vez estaba comiendo con un grupo de físicos; se fijó en la suciedad de las ventanas y los retó a que descubriesen qué espesor debía tener la suciedad antes que se desprendiese del cristal por su propio peso. Fermi les ayudó a todos a sacar adelante el ejercicio, para el que había de partir de algunas constantes fundamentales de la naturaleza, aplicar la interacción electromagnética y calcular las atracciones dieléctricas que mantienen unos aislantes unidos a otros. 

Un día, en Los Alamos, durante el proyecto Manhattan, un físico atropelló a un coyote con su coche. Fermi dijo que era posible calcular el número total de coyotes en el desierto siguiendo las interacciones vehículo-coyote. Eran, decía, justo como las colisiones de las partículas. Unos pocos sucesos raros ofrecían indicios acerca de la población total de esas partículas.

Bueno, era muy listo, y se le ha reconocido bien. Nadie hay, que yo sepa, cuyo nombre haya sido puesto a más cosas. Veamos…, el Fermilab, el Instituto Enrico Fermi, los fermiones (todos los quarks y leptones) y la estadística de Fermi-Dirac. El fermi es una unidad de tamaño igual a 10 elevado a menos 13 centímetros. Mi fantasía final es dejar detrás de mí algo que lleve mi nombre.

Pero además del primer reactor nuclear, bajo el estadio de fútbol norteamericano de la Universidad de Chicago y de los estudios aurorales sobre los zorros espachurrados, Fermi hizo una contribución más básica al conocimiento del Universo. Fermi describió una nueva fuerza en la Naturaleza: la interacción débil.


Fuente: “La partícula divina” de Leon Lederman.

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