Algunas sugerencias para la transformación personal

Tomado de “La fuerza de creer”. W. Dyer.

· Practique el pensamiento sobre usted mismo y los demás fuera de la forma corporal. Aproveche algunos momentos al día para evaluarse no en términos de su actuación en el mundo físico, sino en términos de su pensamiento puro y sus sentimientos. Imagínese detrás de su propio ser físico. Observe su propio modo de actuar, de relacionarse y de sentir. No critique o juzgue, simplemente anote cómo se comporta su forma y lo que siente. Sea un observador de los movimientos y acciones que ejecuta su forma.
· Practique la observación sobre otras personas. Advierta como destruyen su potencial de felicidad y éxito porque se identifican únicamente con sus formas. Cuando contemple sus frustrantes movimientos piense que ahí no acaba el ser humano, que detrás de cada uno con los que se encuentra diariamente existe un ser pensante. En sus relaciones personales, reúnase con los queridos en un espacio ilimitado; en el pensamiento subyacente a la forma, y comprenderá que la mayoría de sus diferencias son triviales, de que el verdadero ser humano que subyace a esa forma: significa mucho más de lo que sus ojos le revelan. Comprométase con ese ser verdadero.
· Haga un esfuerzo para superar sus cómodos dominios convencionales. Escuche a su auténtico yo interior que le anima a ir más allá de usted mismo, en vez de fijarse en el viejo yo que le repite que es incapaz de llevar a cabo semejante tarea. Pregúntese: “Qué esquemas de vida adopto una y otra vez porque me resultan los más cómodos”. Cuando responda con plena honestidad, trabaje para  iniciar un nuevo planteamiento de sus procesos mentales. Si todavía no ha estado una temporada en el campo porque la idea no es compatible con su concepto de cómodos dominios, impóngase la obligación de hacerlo. Mediante la expansión del propio yo a otros niveles, usted está transformando su vida.
·  Intente dejar de etiquetarse como si éste fuera un medio para identificarse como ser humano. En lo que a mi respecta, hace mucho tiempo que dejé de identificarme con mi profesión. Cuando la gente me pregunta a que me dedico; normalmente les respondo con esta inocente frase: Me dedico al placer, Sin embargo, detrás de ese escueto y agudo comentario se  esconde una gran verdad, lo hago todo porque lo soy todo; Sí, naturalmente escribo, pero esto solo representa una pequeña parte de lo que soy, y el escribir me sirve para dar a conocer mis pensamientos. Sí, también doy conferencias para profesionales pero esta etiqueta solo serviría para limitarme. Mi oratoria es también una manifestación de mi naturaleza humana. Eliminando categorías y etiquetas, reducimos nuestra tendencia a limitar y dividir nuestra vida en compartimientos. Soren Kierkegaard dijo: "en el momento en que me colocan una etiqueta me están anulando". Casi todas las etiquetas se refieren de alguna manera a la forma y a lo que hacemos con nuestros cuerpos físicos.
       Cuando usted deja de identificarse exclusivamente con la forma, entonces su profesión, edad, raza, sexo, nacionalidad, situación económica, rendimiento físico, logros, premios, obstáculos y otras muchas cosas pasan a segundo plano. Desconectarse de las etiquetas le ayudará a definirse en términos más espirituales y profundos. En caso de que tenga que aceptar una etiqueta, le propongo la siguiente: estoy conectado a la inteligencia perfecta que sostiene toda forma, y en consecuencia soy parte integral de ella. No tengo limitaciones ni compartimientos. No necesito conseguirlo todo, pues ya soy ese todo.
·  Comience a examinar su mente, su dimensión sin forma, como si se tratara de algo nuevo y milagroso. Aprenda que su mente es capaz de traspasar su forma, y que su cuerpo está controlado en gran medida por su mente. Imagínese con un limón en la mano. Ahora piense que se lo lleva a la boca y le da un mordisco. Este ejercicio le producirá un aflujo de saliva en la boca, como reacción de  su cuerpo ante el imaginario ácido cítrico. Esto es transformación en acción. Su mente provoca que su ser físico responda. De eso trata precisamente la hipnosis. Es una forma de contactar directamente con el estado mental que le permite traspasar su forma, superar el dolor mediante la anulación de los síntomas. Este sorprendente poder  nunca le abandonará.
·  Ocúpese cada día de superar dos de los factores que más le impiden su transformación personal: la negatividad y la crítica. Cuánto más negativos sean sus pensamientos, más probabilidades tiene de fijarse exclusivamente en su dimensión física y actuar de un modo que puede conducirle a la destrucción de su cuerpo. Todo pensamiento negativo retarda la transformación personal. Le obstruye el paso hacia su transformación personal, igual que el colesterol en una arteria. Si está lleno de negatividad, le será imposible alcanzar cotas más altas y más plenas de felicidad.
·  La tendencia a juzgar a los demás también retarda su transformación personal. Cuando usted juzga a una persona, no la está definiendo a ella sino a usted mismo. El juicio crítico no dice nada sobre la persona juzgada; expresa que usted necesita juzgarla de la manera en que lo está haciendo. Por tanto, está hablando más de usted mismo que del otro.
     Cuando se encuentre pensando y actuando en términos negativos o de crítica, recuerde que eso también es un indicio del lugar que ocupa en ese momento y del lugar que no ocupa; en este sentido, puede significar que se está identificando de alguna  manera con la persona juzgada. Lo que más nos molesta de los demás es que con frecuencia nos negamos a admitir en nosotros mismos, o incluso algo de lo cual pedimos más. 
     Procure poner más interés en saber qué es lo que está provocando su negatividad en vez de descubrir qué tiene de malo una persona. Al cabo del tiempo sustituirá la negatividad y la crítica Por una afectuosa y tierna mirada interior que le preguntará como se ha dejado atrapar por eso. La conciencia superior o transformación personal conlleva la aplicación de esta regla de oro a la práctica, y así, cuando usted cometa un tropiezo, esta regla también caerá sobre usted. 
    Descubrirá que el mundo no ha cambiado, pero que usted es ahora un ser humano totalmente diferente, un ser humano transformado. En realidad, el control de la vida interior de uno mismo produce una sensación gratificante.
·  Examine el modo como trata su yo físico o visible. Cuando inicie el proceso de depuración propuesto anteriormente, comprenderá que se esta convirtiendo en un ser cada vez mas equilibrado que mejora en sus ejercicios físicos y en sus comidas. Cuando la negatividad y la crítica desaparezcan, los malos hábitos relacionados con el abuso y dirigidos a la forma corporal también lo harán. Aprenderá que los alimentos que ingiere son los que mantienen el prodigioso templo en el que usted reside, contemplará la huida de las viejas y perjudiciales costumbres y rendirá honores a la forma en aras de su nueva personalidad. La verdad es que todo funciona a las mil maravillas cuando uno mismo lo permite.
·  Concédase un tiempo para meditar con tranquilidad. La meditación es un instrumento muy útil, y resulta tan fácil como respirar. Elija el tipo de meditación que prefiera. Tal vez le facilitaré algo las cosas si le cuento algo sobre la mía. Me  traslado a un sitio tranquilo, y con los ojos cerrados  visualizo una luz en tono pastel. Cualquier pensamiento que interfiera es apartado sin concesiones por el poder de la luz. Cuando me relajo veo una luz blanca en medio de un campo en tono pastel y noto que cada vez me acerco más y más al color blanco. Inténtelo. Utilice su propio método. Pero concédase el tiempo y el sitio tranquilo para estar a solas con su yo invisible.

·  Por encima de todo, sea amable y comprensivo con usted mismo. Sea especialmente amable consigo mismo si está comportándose de un modo que le disgusta. Háblese con amabilidad. Tenga paciencia consigo mismo cuando  descubra lo mucho que le cuesta ser una persona santa. Se necesita mucha práctica, tanta como la que empleó para desarrollar sus costumbres neuróticas y negativas. Concédase el perdón, y entonces si no se comporta como desea sírvase de sus acciones como recordatorio del lugar donde se halla, y del lugar donde no se halla. Cuanto más amable sea con usted mismo, mayor será su respuesta espontánea hacia los otros.

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