Ettore Majorana
Majorana fue la promesa que no
se cumplió y se hizo leyenda. Se dice que era más brillante que sus maestros
Fermi y Heisenberg, que habría superado a Marconi, que hubiera sido el nuevo
Leonardo, el nuevo Galileo.”
Nació el 5 de agosto de 1906 en el 251 de la Via Etna en la ciudad de Catania, en Sicilia. Era el menor de cinco hermanos en una familia ilustre, los Majorana-Calatabiano. Fue dotado de una excepcional inteligencia, patente en toda la familia. Su padre, Flabio, nació en 1877 y también era físico y el menor de cinco hermanos, siendo todos brillantes en sus respectivas áreas: Giuseppe, nacido en 1863, como jurista y diputado; Angelo, 1865, como estadista; Quirino, 1871, como físico; y Dante, 1874, como jurista y rector universitario.
Completó la educación secundaria brillantemente con escasos 16 años. En 1923 ingresó por cuatro años en la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Roma. Sin embargo, en 1928, convencido por su amigo Emilio Segrè, fue transferido al Instituto de Física Teórica, donde trabajaba el que sería futuro premio Nobel Enrico Fermi, licenciándose en 1930 y recibiendo el doctorado con mención honorífica. Durante este periodo, entre sus amistades figuraban hombres de la talla de Enrico Fermi, Orso Mario Corbino, Emilio Segrè o Edoardo Amaldi.
Los siguientes cinco años trabajaría con Fermi en la resolución de problemas de Física Nuclear, pasando a formar parte, por pleno derecho, del famoso “ragazzi di via Panisperna”, el casi mitológico grupo de física dirigido por Fermi, en el que cada miembro era apodado con un pseudónimo eclesiástico. Por razones obvias, Fermi era conocido como el Papa. Majorana, por sus profundas e inquisidoras preguntas, y por la severas críticas a los trabajos, no sólo de otros científicos, sino también a los suyos propios, en los que buscaba la perfección, se le bautizó con el alias de El Gran Inquisidor.
En 1933 salió de Italia becado por el Consejo Nacional de Investigación. En Leipzig, Alemania, conoció a Werner Heisenberg, y de su posterior correspondencia se deduce que Ettore tuvo en él no sólo a un colega científico, sino también a un buen amigo. Más adelante, incluso reconocería que Heisenberg era una de las cuatro únicas personas que habían logrado tener éxito en la comprensión de sus teorías. Los otros tres eran Paul Dirac, Niels Bohr y el norteamericano David Anderson.
En 1938 (con sólo 32 años!!), “desaparece”. Sobre su desaparición, se barajaron varias hipótesis entre las que cabe destacar el suicidio y el ingreso en un monasterio. Finalmente, la hipótesis más factible fue que huyera a Argentina, país al que conducen varias pistas independientes. En 1970, el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias dijo que en la década de 1960 conoció a un físico llamado Ettore Majorana que era muy íntimo amigo de una matemática llamada Eleonora. Sin embargo, esta falleció y sus hermanas, tal vez por haber prometido silencio al físico, se negaron a revelar nada.
Publicó nueve artículos de unas seis o siete páginas cada uno, pero fueron de una genialidad tal, que incluso hoy son admirados por los científicos. En un artículo expuso la hipótesis de que las partículas en el núcleo interaccionan a través de fuerzas intercambiables. En otro describe el efecto Majorana, que es un efecto magnetoóptico (la magnetoóptica es una rama de la física que estudia cómo afectan los campos magnéticos a la radiación electromagnética) que trata de la anisotropía óptica de las soluciones coloidales. Sus dos últimos artículos se basan en el neutrino. Hasta la aparición del primero de ellos en 1937, se daba por sentado que el neutrino, como el neutrón, era distinto de su antipartícula. Esta posibilidad corresponde al llamado neutrino de Dirac, la opuesta, en la que neutrino y antineutrino son iguales, corresponde al denominado neutrino de Majorana. En el segundo de sus dos últimos artículos, publicado en 1938, dio a conocer su teoría simétrica del electrón y el positrón, que permite evitar los estados negativos de la ecuación de Dirac. Para desarrollarlo, se basó en su hipótesis del carácter de Majorana del neutrino.
En la biografía de Enrico Fermi, Emilio Segré relata una historia curiosa: Majorana, comentó, al saber de los experimentos de los Curie-Joliot, que habían descubierto el “protón neutro”, y no lo habían reconocido. Inventó entonces el modelo del núcleo formado por protones y neutrones. Fermi le instó a que lo publicara, pero Majorana rehusó. Entonces le pidió su autorización para exponer sus resultados, dándole el debido crédito, en la conferencia internacional que tendría lugar en París, en julio de 1932. Majorana aceptó con la extraña condición de que sus ideas fueran atribuidas a un anciano profesor de ingeniería, que habría de asistir al congreso. Por ello las ideas de Majorana quedaron en el cajón y sólo se conocieron mucho tiempo después.
El mismísimo Fermi dijo de él:
Hay muchas categorías de científicos, gente de segunda o tercera fila, quienes hacen algo bueno, pero no van más allá. Hay también científicos de primera fila, quienes hacen grandiosos descubrimientos, fundamentales para el desarrollo de la ciencia. Pero después están los genios, como Galileo y Newton. Bueno, Ettore Majorana era uno de ellos.
Fuentes:
http://caminantes.metropoliglobal.com/web/biografias/majorana.htm
http://es.geocities.com/fisicas/cientificos/fisicos/majorana.htm
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